Notas desde una sala de espera
En una sala de espera no pasa nada… y pasa todo.
Los minutos se alargan, las miradas se cruzan, el ritmo se detiene.
Y de pronto, el tiempo se siente más físico, más real. Hay que habitarlo.
En una sala de espera no pasa nada… y pasa todo.
Los minutos se alargan, las miradas se cruzan, el ritmo se detiene.
Y de pronto, el tiempo se siente más físico, más real. Hay que habitarlo.
Antes de ponernos a escribir un brief, nos gusta caminar. A veces de forma literal, otras con la mente en movimiento. Lo importante es cambiar de ritmo, salir del teclado, mirar alrededor. Porque no hay buena estrategia sin observación, y no hay buen proyecto sin contexto.
A veces una marca tiene todo lo que parece necesario: una web actualizada, perfiles activos en redes sociales, un logo atractivo, un presupuesto de comunicación. Lo tiene todo… menos dirección.
